Luis Tejero
Aécio Neves lleva la política en la
sangre. Su abuelo materno, Tancredo Neves, fue ministro y gobernador y estaba llamado a convertirse en el primer
presidente de Brasil después de la dictadura. Lo habría sido si no hubiera
caído enfermo la víspera de su investidura y fallecido pocas semanas después,
en abril de 1985. También su abuelo paterno y su padre fueron diputados entre
las décadas de los 40 y 80. Y él mismo está protagonizando una carrera
brillante: a sus 53 años ya ha sido diputado, presidente de la Cámara Baja,
gobernador de Minas Gerais –reelegido con el 77% de los votos– y ahora senador
y presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Pero Aécio no se conforma con ser uno más entre los 81 miembros del
Senado en Brasilia. Su nombre ya sonó como posible candidato al Palacio de
Planalto en 2010, aunque entonces decidió echarse a un lado para dejar vía
libre a José Serra, quien acabó cayendo contra Dilma Rousseff como ya hizo contra Lula da Silva en 2002. Tal vez Aécio intuía que esa batalla estaba casi perdida de antemano,
puesto que Dilma se presentaba como la candidata de un Gobierno con una altísima popularidad y en un contexto económico muy favorable.
De cara a las elecciones de octubre de 2014, el escenario es diferente y
la presidenta parece vulnerable. Las
últimas encuestas indican que Dilma conseguiría hoy entre el 35% y el 38% de los votos, un resultado que obligaría a celebrar una segunda vuelta.
Aunque su adversario no sería Aécio, que apenas alcanza un 13%, sino la ex
ministra ecologista Marina Silva, que ya logró un 19% hace tres años y ahora podría llegar hasta un 26%.
La experiencia aconseja no tomarse al pie de la letra estos sondeos
realizados con tanta antelación. A estas alturas de la anterior precampaña,
Serra lideraba la carrera con un 38% y Dilma sólo sumaba un 17%. En un año, la
aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) subió 30 puntos y terminó
haciéndose con el poder, si bien es cierto que contaba con un arma
incomparable: el apoyo de Lula.
Más cerca
del pueblo
Aécio tiene en su contra la percepción generalizada –y no necesariamente
acertada– de que su partido defiende los intereses de las clases altas,
mientras que el PT de Lula y Dilma representa al pueblo. Lo dice Renato
Pereira, el consultor contratado para llevar las riendas de su futura campaña.
“El PSDB ha perdido su identidad popular”, reconoce en una entrevista en Folha de S.
Paulo. “A nivel nacional se ha acabado configurando
una imagen de un partido que no está tan comprometido con la agenda social y
tal vez tenga más compromisos con la élite, digámoslo así [...] Parte de
nuestra tarea ahora es, de alguna manera, actualizar la imagen del PSDB”.
A cambio, el senador cuenta con indiscutibles fortalezas como candidato.
Su fama de buen gestor al frente de Minas Gerais, el segundo mayor estado del
país y donde también nació Dilma, se complementa con “su espíritu joven y su
capacidad de comunicarse muy bien, de aproximarse a las personas y conversar
con intimidad, con naturalidad”, elogia el consultor. “Si hay una cosa que nos
diferencia un poquito en relación a otras escuelas de comunicación brasileñas
es que raramente usamos teleprompter. En televisión, Aécio Neves habla
espontáneamente todo el tiempo”, añade.
Pereira se refiere al programa de 10 minutos que el PSDB emitió la semana pasada, correspondiente al espacio
televisivo gratuito que la legislación brasileña concede a los partidos una vez
por semestre. En la pieza, bajo estas líneas, Aécio se muestra como un hombre
carismático –incluso seductor– y atento a las preocupaciones de la población.
El protagonista recorre el país en autobús y conversa con gente de varios
estados, desde Paraíba y Ceará hasta Mato Grosso y São Paulo.
Las escenas recuerdan al programa del PT en mayo de 2010, sólo que en aquella ocasión Dilma no charlaba con los
ciudadanos sobre la inflación o la falta de infraestructuras, sino sobre los logros
del Gobierno Lula que ella pretendía continuar. Entre los minutos 5:20 y 6:40
hay dos ejemplos:
De vuelta al PSDB, su vídeo concluye con un eslogan: “Quien cambia Brasil
eres tú”. El partido tiene una visión liberal y quiere adelgazar el Estado para
hacerlo más eficiente. Así se lo dice su líder a un grupo de estudiantes
sentados a su alrededor en unas escaleras llenas de grafitis: “Quien va a
cambiar la vida de cada uno de nosotros somos nosotros mismos”. Ahora Aécio
tiene apenas un año para cambiar su propia vida y conquistar el cargo que su
abuelo no pudo ejercer. ¿Será capaz?
FONTE: http://www.luistejero.com/2013/09/la-sonrisa-que-aspira-a-conquistar-brasil/
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